jueves, 17 de noviembre de 2016

INFANCIA INADAPTADA




EL PROBLEMA DE LOS CASOS DENOMINADOS SOCIALES.


En la perspectiva que nos hallamos colocados  ¿ No se tratará de un problema ficticio? Por definición, todo inadaptado social, aún cuando sólo sea en potencia.  Además, la mayoría de los inadaptados plantean problemas sociales, no sólo en cuanto a las consecuencias de sus transtornos, sino también en lo referente a los orígenes:  carencia familiar, vida en tugurios, paro forzoso, alcohol.... incluso en los deficientes físicos, con quienes a menudo, la actitud familiar subtendida por factores socioculturales hará pasar precisamente al niño del estatuto de inválido al de inadaptado.

IDENTIFICACIÓN  DIAGNÓSTICO, OBSERVACIÓN  Y  ORIENTACIÓN.

Las condiciones de la identificación
Ante la multiplicidad de factores implicados y su acumulación habitual, ante la extensión del campo de investigación, en presencia del carácter impreciso y extensible a voluntad, de las nociones de equilibrio psíquico, de adaptación y de salud mental, no dependerá todo de  " la idea que uno puede hacerse de ello"  y por lo tanto de las condiciones de la identificación?.

Las leyes que presidirán la organización de ésta serán muy diferentes, según se haga hincapié en el aspecto patológico, educativo, familiar o escolar o en el socioeconómico de las dificultades incriminadas.

Las medidas preconizadas, las técnicas que deben aplicarse y la propia responsabilidad de la reeducación, variarán según se reconozca los trastornos en el marco familiar ( el maestro, la policía ).

Un débil leve con transtornos reaccionales de comportamiento, examinado en consulta de higiene mental, será orientado hacia un instituto médico-pedagógico; identificado en el colegio, se le hará asistir a la clase de perfeccionamiento; arrastrado por una pandilla, pasará del despacho del Juez a una institución de educación vigilada, se exponen a ser distribuidas al azar de la identificación o de la urgencia del momento.  Ahora bien, la decisión que debe tomarse no está exenta de consecuencias; de ella dependerá el porvenir inmediato y lejano de este niño, que resulta problemático en la misma medida en que se decide aceptarlo en el establecimiento.

De hecho, hay lugar para considerar muchas fases:

  1. Identificación inmediata.  (deficiencias del niño o del medio, tratar de remediar o de orientar al niño antes de que experimente una inadaptación confirmada).
  2. Medidas preventivas, (identificar los factores de inadaptación.)
La identificación en la escuela, tiene una importancia igualmente considerable.  En ella los maestros y los servicios de higiene escolar, desempeñan un papel grave y delicado; no obstante, es lamentable que muchas veces se limite a la búsqueda de inferioridades físicas más o menos patentes o a la profilaxis de ciertas afecciones orgánicas,  Ciertos servicios especializados pueden contribuir a esta acción, cuando se necesiten técnicas especiales  ( por ejemplo métodos opto-psico-pedagógicos para la identificación de los amblíopes).

Finalmente, la identificación puede llevarse a cabo fuera del medio escolar y familiar.  medio laboral (papel de los médicos inspectores del trabajo con respecto a los adolescentes), organizaciones recreativas y sobre todo en la calle, mediante los servicios de prevención, de la brigada de menores y la policía.

En todos estos casos, la identificación requerirá, medidas simples de orden educativo, pedagógico o terapéutico, destinadas a evitar la inadaptación o bien comprobará esta última y habrá que orientar al niño hacia un organismo capaz de establecer un balance más completo.  En efecto, en este estadio ya no se trata de comprobar una invalidez o una deficiencia, sino de hacer el balance de la propia inadaptación, en la que, como ya hemos visto, intervienen múltiples factores.  este será el caso en particular, de todos y todas los inadaptados mentales, de los deficientes escolares y de los casos denominados sociales, cada vez que puedan ser considerados como inadaptados.  igualmente será el caso de los físicamente deficientes, sensoriales o motores, desde el momento que plantean un problema de higiene mental prevaleciente.

En efecto, cada vez que el problema sobrepasa el marco de una simple acción local educativa, o bien requiere la intervención de un organismo de decisión, es necesario efectuar un balance médico-psico-pedagógico, el cual puede ser llevado a cabo eficazmente por un equipo coherente de los diversos técnicos interesados y en el que el papel del psiquiatra es preponderante.  Es necesario, así mismo que este trabaje en estrecha coordinación y no en competencia con los otros sectores eventuales de identificación y ello en el seno de una consulta de higiene mental infantil, aprobada con este objeto para un sector geográfico definido y sin perjuicio de las prerrogativas de los organismos de decisión.

Los servicios de identificación, diagnóstico y decisión.

Consultas de profilaxis mental y de higiene mental infantil, que dependen del servicio prefactorial de higiene mental  o social, debidamente aprobadas o incluso dependientes de un servicio hospitalario. Centros de diagnóstico y de cura ambulatoria (centros médico-psicopedagógico), a veces análogos a las Child-Guidance Clinics anglosajonas y que además de su acción terapéutica esencial, asumen un papel diagnóstico evidente.

Consultas especializadas creadas por ciertas mutualidades o por algunas colectividades u organismos públicos, semipúblicos o privados y que en ciertas ocasiones, practican tal o cual terapéutica o reeducación;  centros de O.P. , municipios, centros adjuntos a la dirección de enseñanza, a una Caja de Subsidios Familiares, 

Comisión médico-pedagógica prevista por la ley de 1.909 para el ingreso en la clase de perfeccionamiento, cuya decisión se basa en el examen de un expediente establecido por otros organismos o por los servicios de enseñanza especializada del Distrito  Universitario.


No podríamos concluir éste capítulo sin presentar algunos casos de mentiras - neurosis.  Nos permitirán, a su vez, ilustrar las nociones teóricas que acabamos de exponer  y mostrar como la realidad clínica las articula y supera.  Al mismo tiempo que nos muestra la importancia del abandono afectivo en los primeros meses, la proyección de la ansiedad maternal en la fabulación del niño viene a explicar el sentimiento actual de inseguridad que dificulta el desarrollo de la personalidad. Precisaba, pues que el trabajo de reeducación fuese completado por una modificación de la atmósfera familiar y los progresos han sido realmente decisivos a partir del momento en que las circunstancias nos han ayudado a realizar esta etapa esencial de nuestro plan.

La mayor parte de las mentiras que aparecen en esta entran de lleno en el cuadro de las "mentiras sociales" :  tienden a evitar o por lo menos a retardar los castigos que le reportará su mal rendimiento escolar  y los pequeños hurtos.

Cuando la niña dice a su maestra que ella traerá las flores del jardín de un amigo de su papá, la mentira toma otro carácter.  Los padres creen que inventa esta fábula para  "hacerse la interesante",  "para hacerse valer"   Esta interpretación contiene, sin duda, una parte de verdad; sería aún necesario añadir que este deseo de suscitar interés delata ya un sentimiento de frustración en el cual haríamos mal en no fijarnos.  Pero resulta posible llegar más lejos en la interpretación de los hechos.

Las pseudomentiras "prolongadas" representan pues, en el niño la forma simple y aún podemos decir la más natural, de la mentira verdadera.  La imitación es para él el segundo medio para aprender a mentir.

Imita en primer lugar a los otros niños.  Rápidamente se ha dado cuenta de que el uso de la mentira le asegura, en ciertas ocasiones, ventajas indudables, con una ha podido evitar un castigo, al declararse inocente de una falta que había cometido; tal otra le ha asegurado una tarde de libertad al decir que no tenía  deberes que hacer.  El peligro reside en que el niño ve demasiado bien el beneficio inmediato que los mentirosos obtienen con sus mentiras, en tanto que su inteligencia no se halla aún lo bastante formada para medir las consecuencias lejanas,  menos ventajosas.  Su deseo de poderío no lo lleva más que emanciparse de una subordinación que no soporta sin impaciencia, a buscar un medio, aunque sea ilusorio, de compensar las pequeñas humillaciones de la obediencia.

Ciertamente, no todos los niños sienten la misma inclinación a buscar este placer.  Las diferencias de carácter, de edad, de sexo, de inteligencia, intervienen  aquí en gran medida.  Y como estas diferencias no limitan tan sólo su influencia a las mentiras "gratuitas", sino que tienen, por el contrario, un carácter general y se sobreponen a todos los motivos que deberemos examinar a continuación, su estudio merece cierto desarrollo.

Porqué el niño miente a los adultos:

Las mentiras generosas, son las que dicta la cortesía, objeto de tanta solicitud por parte de los educadores.
Porqué el niño miente a los otros niños.  Son niños que han sido tratados exageradamente mimados y consentidos.
Se juzga incapaz  de arreglar sus propios asuntos con la fuerza de sus puños, pero los camaradas  no tienen el menor interés en abandonar tanto en busca de una explicación.

La agresividad se hace aún más evidente cuando el niño busca con su mentira que castiguen a un rival o que éste quede desacreditado.  A menudo sorprende la violencia de estos odios, de tales rivalidades; habiéndolas observado ya una vez, sorprende aún más verlas surgir tan rápidamente y desaparecer con la mayor facilidad.  Es que la sociedad de los niños, menos estable que la de los adultos, anuda, desnuda y cambia las alianzas bajo el imperio de las circunstancias del momento, en lugar de fundarlas en un sentimiento duradero.

No se debe diagnósticar mitomanía ante un hecho aislado de fabulación, aunque se trate de una construcción imaginaria bastante extendida.  La tendencia patológica" de la cual habla Dupré, sólo puede establecerse cuando se manifiesta en todo momento y en múltiples circunstancias.  Descuidar estos factores de variedad y de duración conducirá a incluir, de forma abusiva, en el cuadro de la mitomanía, hechos que provienen en realidad de mecanismos psicogenéticos y que volveremos a encontrar más adelante.  Es preciso no olvidar la existencia de tendencias fabulatorias en el niño pequeño:  esta "mitomanía fisiológica" no es, de ningún modo,  un signo de desequilibrio constitucional.


BIBLIOTECA  PRÁCTICA DE PEDAGOGÍA, PSICOLOGÍA Y PSICOPATOLOGÍA INFANTIL.
Niños mentirosos.

Claudia Tatiana Palacio Vasco.
Administradora de Empresas
Especialista en Mercadeo Internacional
T.P. 07362  de  Ministerio de  Desarrollo Económico
Con licencia office para compilar.



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