domingo, 16 de febrero de 2014

RECOMIENDO









Así el hombre vulgar se encumbra únicamente porque el noble lo considera inofensivo y le otorga poder.  Si se lo enfrentara desde un primer comienzo, no podría llegar a tener influencia jamás.
Así un recíproco acudir al encuentro entre los principios predestinados el uno para el otro y dependientes el uno del otro, es necesario.  Sólo que debe permanecer libre de segundas intenciones impuras, pues si no engendrará el mal.
El gobernante se mantiene lejos del pueblo, pero lo moviliza mediante sus órdenes y las manifestaciones de su voluntad.
Cuando Subrepticiamente se ha entrometido un elemento inferior, es necesario ponerle de inmediato y con energía.
Al lograr frenarlo de una manera consecuente podrán evitarse efectos malignos.  Si se le deja curso libre, sobrevendrá ciertamente la desgracia.  No debe uno dejarse seducir y tomar a la ligera aquello que furtivamente se va introduciendo, por considerarlo de poca monta.  Mientras un cerdo (pertenece al agua) es todavía joven y flaco no podrá alborotar gran cosa, pero una vez que haya devorado lo suficiente como para saciarse y fortalecerse cobrará vigencia su verdadera naturaleza, si con anterioridad no se le han puesto las debidas restricciones.  Es el metal con cuya ayuda el carruaje debe ser frenado abajo.  Este freno trae ventura, pues corresponde a la verdad de que lo débil, incapaz de guiarse por sí mismo debe ser conducido. Si uno lo deja hacer, sufrirá desgracia.
El noble se queda siempre allí donde debe estar.  El vulgar depende siempre de un azar  favorable.  Aquí un ayudante fuerte y central se encuentra con un regente fuerte, central y correcto; con ello se produce un gran florecimiento, de modo que nada puede perjudicar a ese vulgar de abajo. 
Es por lo tanto un importante tiempo, ese tiempo del encuentro de lo luminoso con lo oscuro.
Hay alguien que actúa, pero sus acciones no son comprendidas por los hombres comunes.  Esto no tiene gran importancia con respecto a las masas.  Comprendan ellos o no los actos del sabio que gobierna: tales actos redundarán en su beneficio.  Mas para un hombre superior algo así es humillante.  Éste no ha de contentarse con una necia e irreflexiva contemplación de los influjos reinantes.  Deberá contemplarlos y tratar de comprenderlos en sus nexos y relaciones.


Clutupuvus,
Claudia Tatiana Palacio Vasco.
TP – 07362  -   De Ministerio de Desarrollo Económico.

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